Saturday, May 29, 2010

La batalla contra el olvido

A veces tu alma busca desesperadamente un recipiente donde poder volcarse. Un/a desconocido/a o no, se cruza en tu camino, y eso que tu eres sin saberlo se explica desde la raíz a las puntas. Tu ser necesita descargarse, copiarse, replicarse. Eso es el sexo, el concepto atávico se transforma utilizando todo lo que tiene a su alcance, a ti, enorme muñegote parlanchín, e inconscientemente se activan todos los resortes de autoperpetuacion. Igual que tu ADN tendra que buscar un camino a través del preservativo ( con mayor o menor exito ) Tus palabras, o sea el ser literado que creaste para perpetuarte, deberá trascender el olvido del otro para perdurarte.
Así que eso es lo único que te importa eh, mono parlanchín ? alcanzar la diana y vencer al tiempo en la lucha que os encaro desde el primer suspiro....

Otro pensamiento autónomo que me invade y se esfuma como un fantasma. Porque estoy pensando esto?
Mientras tanto contemplo la serpiente de luz que baila estáticamente sobre la mosquitera. La ilusión se crea merced la tela mosquitera y el ventilador. Pero contemplándolo a oscuras lo único que se distinguen son esas lombrices que bailan como cronopios poseídos sostenidos en la nada. Mas allá y a través del bambú Havelock de nuevo, la vegetacion y la fuerza salvaje de la isla, y mas arriba la omnipresente pupila de la noche, que con su mirada crea las serpientes que bailan en la mosquitera.
La luna llena ilumina con su tibia luz el pedacito de paraíso que es esto. Y con su mística me siento como las frutas atrapadas en el frigorífico en un extraño limbo que existe al margen de lo que existe.
Este paraíso como he dicho es el que existe en la mente de todo buen cristiano, es ese primer jardín donde apareció y vivió el hombre antes de caer en el abismo del tiempo fruto del ansia de saber y controlar ( inscrito seguramente en nuestro adn por el grandisimo ). Y como si este lugar se hubiera escapado a nuestra conjura existe como neonato y aguanta nuestro embate conservandose virgen. Dando testigo de lo que la tierra era sin nosotros.

Despedirse de un lugar es un proceso triste e irreversible que pone prueba la capacidad de desagüe de nuestro olvido. Pensar que como decía Heráclito de Éfeso un hombre no podrá bañarse nunca dos veces en el mismo río puesto que ni sus aguas, que seguirán cauce abajo, ni ese hombre que es constante cambio volverán a ser jamas eso mismo.
Y mas que pensar sentir, palpar que eso es evidentemente así, que este instante que esta siendo no volverá a ser jamas y que el paraíso del que me despido desaparecera siguiendo la inercia del progreso. ( En menos de dos años se abrirá aquí un aeropuerto internacional, que nos permitirá venir directamente desde Barcelona, en vez de tener que hacer escala en la India... que bien verdad ). Así que esto que esta siendo lo es ya en pretérito, ya ha pasado y ya no volverá, y esa verdad que es la conjunción de mi cosmos cambiante y este objeto también sujeto a sus vectores transformadores ( económicos, sociológicos o cualquier forma que adquiera esto a lo que nos referimos ) se esfuman a la vez como ese pensamiento autónomo que me invade silencioso en la noche, dejandome una amargura indescriptible.
Y así si eso era una verdad filosófica incontestable en la Grecia de carro y caballo de Heraclito, es una realidad plástica en la isla que en 4 meses ya se ha desfigurado...
Si sentimos la merecida ignominia hacia los politicos que permiten la injusticia de la gentrificacion de los barrios en las grandes ciudades, que podemos sentir al ver caer en el abismo del tiempo estos lugares que hasta ahora eran atemporales. Hay a caso mayor violencia que la fagocitosis que el progreso practica impune en lugares como este?
O solo nos queda el triste consuelo del olvido? Dejar de enfrentarse a él aunque nuestra condición de mono nos lo impida....