Saturday, March 23, 2013

Trek por las montañas del Simien national park

Nuestro primer objetivo en Etiopía es hacer un trekking de diez días que culminará con el ascenso del Ras Dashen, la segunda montaña más alta de África después de Kalimanjaro. El Ras Dashen se encuentra en el parque Nacional de las montañas de Simien y es zona endémica de la mayor variedad de aves de África, así como hábitat de baboons, walia ibex y otros animales selváticos. Iniciamos nuestro trek des de Debark, ciudad donde se encuentra la oficina del parque y último contacto con el alquitrán y cemento en lo próximos diez días. El pueblo es una carretera, la que se dirige a Akxum que es la ciudad que albergó la civilización más antigua del mundo, en el norte de Etiopía. Alrededor los hoteles y restaurantes se repiten creando una cúpula que no nos deja ver más allá. Cuando, des de allí empezamos a encaminarnos al parque y salimos de la carretera principal caemos por un túnel del tiempo que nos lleva a la verdadera África, haciéndonos sentir que el resto es una simulación postiza. Un adelanto ilusorio de en lo que algún día se convertirá. El cambio es absolutamente dramático. Y ese punto donde las cosas que eran han dejado de ser para transformarse en esas otras cosas que están más allá y son diferentes, al final ha sido solo un paso. No se han desdibujado paulatinamente como esperaba. Las carreteras aquí son brechas, como cicatrices inscritas sobre la piel de la verdadera África. En un abrir y cerrar de ojos aparece su verdadero color hecho de adobe, tierra y madera, poblada de hombres hechos de arcilla y polvo y sol abrasador. De sonrisas perladas y de cruda realidad. Es difícil expresar des de la perspectiva de al que nunca le ha faltado de nada, la realidad cruda y austera que impera alrededor. Cabañas hechas de eucalipto, paja y adobe que albergan a familias enteras en un espacio de unos veinte metros cuadrados, donde el mobiliario lo forman una cama, un asiento, el hornillo, unas ollas y los potes de plástico que utilizan para cargar el agua. Una prenda de ropa por persona y ya esta. Llevamos nosotros mas cosas en la mochila que las que ellos tienen en su casa y por supuesto en su vida podrían comprarlo. Es difícil quedarse indiferente al ver lo afortunados que somos sin darnos cuenta ni importancia. Para hacer el trek nos hemos unido a un cocinero danés y aun jubilado Neozelandés. El primer día el jubilado tiene un bajón de azúcar la cuarta hora que completará las siete del día. A juzgar por los puñados de azúcar que se mete imagino que la media de calorias diarias que injiere superan las expectativas planeadas, de dos comidas al día, con desayuno de huevos con tostada y verdura con arroz o pasta al anochecer. Tras la obligatoria adaptación y conseguir una mula para nuestro amigo continuamos los días paseando por estos paisajes bajo el sol decapante del cuerno. Al segundo día ya tenemos los labios destrozados y el cogote en sangre viva. Las condiciones climáticas convierten este trek en algo más duro de lo que imaginábamos. El tercer día nos encontramos con los baboons, simpáticos monetes como leones que caminan a cuatro patas mostrando su enorme dentadura. Lo cierto es que los paisajes de las montañas de Simien son increíbles, los precipicios de dos mil metros nos dan una perspectiva vertiginosa de la zona norte de Etiopia, y des de lo alto somos capaces de distinguir una extensión de unos doscientos km. Al sexto día planteamos nuestro ascenso, dejamos en Ambico el lastre y a nuestro amigo neozelandés y salimos a las cinco de la mañana en pos del pico. Cuando llegamos a la cima cinco horas después a 4700m nos encontramos un grupo de baboons que como nosotros han decidido sentarse en lo alto para ver cuan pequeño son y que hermoso es el mundo que habitamos. Al volver a Ambico el cielo se rompe en dos y descarga una granizada que lo cubre todo de blanco precedido por un aguacero que convierte todo el polvo que pensábamos dominaba este lugar en soledad en barro resbaladizo. Finalmente nos marchamos de Ambico después de descubrir que en África también llueve incluso en la época seca, y nos dirigimos a Soma. Al llegar a la zona de acampada, descubrimos que esta es una escuela. Y es también la lluvia la que nos obliga a refugiarnos en la clase que los profesores acceden encantados a abrirnos. Siendo observados por curiosos niños que entre fascinados y asustados no dejan de mirarnos. Al día siguiente Manuela y yo les dibujamos un esquema familiar en inglés que utilizarán para enseñar a los niños. Será en Soma donde descubriremos que el sueldo de un profesor en este país es de 40 euros mensuales. Y que estos viven en chabolas de diez metros cuadrados con goteras en el interior de la escuela. Será aquí donde descubriremos que su hospitalidad no tiene límites y donde veremos que el consumo de café en occidente proviene de aquí. Cuando los profesores del centro nos invitan a su chabola a tomar un café. Es tan diferente su ritual al nuestro, el café que allí se prepara en un minuto aquí lleva una hora puesto que lo tuestan y lo trituran antes de tomarlo y su toma se prolonga durante otro tanto, disfrutando a la vez de su sabor y de su conversación. Es un ritual aunador como la mayoría en Etiopía. La comida se comparte, el fuego también así como el café o el Cuma (trigo tostado). Finalizamos el trek en Agderkai donde intentamos sin éxito encontrar un medio de trasporte que nos devuelva al orígen, Debark.

Aterrizaje

Después de 17 horas de vuelo llegamos al aeropuerto de Addis Abeba. Con un extraño sabor de boca, descolocado. Nunca se dijo que el salto de Europa a África iba a ser fácil. El aeropuerto se cae en pedazos. Los baños no tienen puerta ni papel ni agua. Dos militares armados esperan sentados en unas sillas desvencijadas. Y nos vigilan desinteresados mientras rellenamos los papeles de inmigración. La oficina donde obtenemos los visados es un cuartucho oscuro y sucio con armarios y estanterías metálicas repletos de papeles amarillentos corroídos por el tiempo. Los tres funcionarios que despachan los turistas no saben prácticamente ingles. Tras pasar los controles salimos del aeropuerto, sin percatarnos que el militar de la entrada está ahí para evitar el reflujo. Así que nos quedemos encerrados en el exterior. Porque los muros de los aeropuertos como el resto de muros son bifacéticos , dependen del lado desde el que se miran. Por una parte ese muro encierra el aeropuerto, el descampado y la pista de aterrizaje que lo componen, los controles y oficinas, la gente que desciende de esos aviones y el resto de países del mundo más allá del cielo que se vinculan a través de este nexo a Etiopia. Y por otro lado todo el país que es Etiopia y los países circundantes a través de sus complicadas fronteras, en conflicto con Sudan del sur, Eritrea y Somalia. Son las 2 de la mañana hace calor y las estrellas iluminan el cielo en la capital de Etiopia. Tenemos la dirección de una pensión en el centro, así que cogemos un taxi y pecamos de occidentales pagando lo mismo que pagaríamos en BCN, pero nos da la mismo. Queremos llegar cuanto antes a un lugar donde descansar. El paseo por el centro de la ciudad es como una película de Lars von Trier y Lynch juntos. Onírico y surrealista se escucha música y gente por todas partes. Algunos toman cerveza sentados en sofás estampados en la calle iluminados por tenues luces rojas o amarillas. La autopista se convierte en pista de tierra y pasado el barrio de putas el taxi se para y empieza a buscar la pensión que está por los alrededores. Al llegar a la pensión comprobamos que esta es como la autopista o como el aeropuerto, aunque cumple con su cometido carece de todo. Una pegatina sucia que imita a racholas hace de suelo. Un armario destrozado sin puerta y mugriento nos da la bienvenida nada más abrir la puerta. Al fondo a la derecha un water también sin puerta y fuera de servicio emana su delicada fragancia al resto de la habitación. Si pensaba que la India me había curado de espantos me equivocaba, siempre todo puede ser peor. Aunque no pierdo la calma estoy bastante sorprendido. Si esto es la capital tengo ganas de ver que me depara este país… estoy seguro que no va a dejar títere con cabeza. Amanecemos en la ciudad descolocados, algo parecido al jet lag. La luz no arroja luz al asunto pero si calor. Ayer estábamos despidiéndonos de los amigos tiritando en el aeropuerto de BCN a 2º y hoy despertamos con un sol aplastante y sus buenos 27 º. Pregunto la hora y me dicen que son las 3. El desfase horario es de 3 h así que son nuestras 12. Pienso que si que hemos dormido y que debe ser el cansancio acumulado. Salimos a la calle y vamos a comer algo. La ciudad esta en construcción y es una locura total, sin aceras en muchos tramos, con runas y suciedad por todos lados y la gente nos mira como si no hubieran visto un blanco en su vida. Tras un cuarto de hora ya estamos quemados y sudados. Ruido y humo por todas partes y una ciudad sin forma de ciudad. Addis Abeba de hecho parece dos autovías que se cruzan. Absolutamente extraño. Comemos, paseamos intentamos de encontrar un lugar donde hacer llamadas internacionales infructuosamente y volvemos a casa a las 8. El sol está cerca del meridiano celeste. …esto no puede ser ¿Aquí no se pone el sol nunca? Cuando acudimos a la guía para ver que está pasando descubrimos que para empezar estamos 7 años y medio antes de lo que estábamos en Barcelona, y que las horas se cuentan desde el amanecer. Así que a las 6 de la mañana aquí son la 0. La idea de contar las horas desde el amanecer aun siendo igual de arbitraria me parece que tiene un poco más de sentido. Después de pasar un par de días gestionando nuestros visados y haciendo un poco de inmersión gastronómica. Nos dirigimos a Gondor, nuestro primer objetivo. La ciudad que alberga el Camelot Africano, sólo que en este caso no es un castillo mitológico sino verdadero.

Thursday, April 19, 2012

El salvaje

“Queremos sumergirnos hasta el fondo del abismo, infierno o cielo ¿Qué importa? Para encontrar lo nuevo y verdadero. Y esto si no se da en la conciencia nunca estará en el fondo de una probeta”
Baudelaire

Es curioso, decimos salvaje cuando queremos referirnos a algún asesino sanguinario y sádico. No sé porqué extraña rúbrica ha quedado enraizado en el hablar popular esa expresión antediluviana o más bien colombina. Seguramente debieron servir como pretexto o surgir como consecuencia cuando el cuerpo religioso allá en 1600 discutía sobre la existencia del alma del nativo americano. Obsérvese, pero, que el marqués de Sade era bien europeo. Y que el hecho de que el hombre occidental contemporáneo sea un ser “civilizado” es claramente una cuestión circunspecta al hecho de que este ha nacido y crecido en el entorno de la ciudad.
Así el salvaje es verdadera y profundamente salvaje o dicho de otro modo perteneciente a la selva. Algo que dista mucho del civilizado palacete parisino del marqués de Sade instalado en el corazón de la civilización occidental.
Si el alma esencial del hombre existe, existe en la selva, donde se esconde de alguna manera inexplicable, el cáliz que contiene la sangre de nuestros ancestros.
Porque la selva…la eterna y verdadera selva es inevitablemente sublimadora y su misterio infinito, basto, y grave. Parece como si de alguna manera su fuerza pudiera despertar en mi, pobre individuo civilizado algo de su secreto, alguna de sus potencias. Y despertar ese salvaje que a fuerza de ladrillo y nevera iverna latente encerrado dentro de mi sin que yo sepa como despertarlo de su sueño.
El ser primigenio, original y salvaje es un ser que acepta la naturaleza mágica de la existencia como explicación de su cosmos.
Mientras en occidente la cosmética( en su sentido etimológico ) fruto de la ciencia técnica se extiende hoy día como la verdad divina en la edad media. Y embota toda sensibilidad mística, diluyendo a la vez la duda y el misterio con su manto quántico y aburrido basado en el azar que no explica nada. Eso da como fruto una sociedad profundamente agnóstica o una sociedad ansiosa de consumir religiones holística que intentan desesperadamente volver a unirnos con el todo con el que a fuerza de diseccionar con ojo científico hemos objetivizado hasta convertirlo en algo completamente ajeno a nosotros.
Al respecto siempre he pensado que nuestra concepción cienticicista de la existencia siendo igual de falsa que la concepción politeísta de la Grecia clásica es muchísimo más aburrida. Está deshumanizada, no tiene trama. Explicación abstracta, sobre conceptos abstractos que extraemos abstractamente de la física realidad.
Tampoco quiero defender su visión del mundo exclusivamente, porque de la misma manera esta concepción mística de la naturaleza del salvaje amazónico esta tan basada en supersticiones que se alimentan todos sus miedos ancestrales cultivando desconfianzas, recelos hacia su existencia, y el turista o el hombre blanco no escapa a eso. Confundido en su imaginario por los pishtaco, brujos errantes que se alimentan de grasa humana, cuyo aspecto es el de un hombre caucásico que cojea y va de ciudad en ciudad causando la enfermedad y la muerte. ( Que en el fondo se parece bastante a un español del siglo XVI con viruela matando sin saber al indígena que se le cruza )
Quiero decir no se deben confundir las cosas. La ciencia, ciencia es y sirve para lo que sirve. Pero nuestra concepción existencial debe más bien ser un fruto filosófico y humanístico, que crea en la duda e invente a sabiendas de que lo hace y creyendo en eso… o no.

Conversas con Elio, nuestro guía por la cuenca del amazonas y te das cuenta que es un salvaje. Llama a los delfines con un silbido y estos aparecen, llama a los monos imitando su aullido y estos vienen a contestarle, lo mismo con los caimanes y por su sonido además de su ubicación sabe su tamaño aproximado y edad. Escucha el ruido que escuche lo identifica al momento. Conoce el nombre de cada árbol y su utilidad medica.
Entonces de repente escucha cierto tipo de sonido y dice “ esto…esto es un diablo, imita el sonido de tal pájaro pero observa su carencia lánguida… lo emite como si fuera un lamento”. Aceptando de esta manera la magia y lo oculto sin contemplaciones… y ya se lo que pensáis, seguramente es parecido a lo que pienso yo, o sea que realmente ese canto sale de otro animal que el desconoce, esta es una explicación lógica, que no deja lugar a dudas. Causa, consecuencia, si a entonces b. Pero imaginaros que no pensásemos eso. Que no necesitásemos pensar eso. Seguramente el miedo atávico que puede despertar entender que ese canto proviene de un diablo me hace disparar mis niveles de adrenalina, y de esta manera estar más alerta… Algo sin duda útil en un entorno como este, donde no es difícil pisar una serpiente venenosa mientras caminas, o exponerte a las fauces de un caimán mientras te duchas en el río al anochecer… De la misma manera acepta sin contemplaciones que plantas y animales tienen alma… con lo que les costo aceptar el alma del nativo Peruano a el Papa y sus obispos y estos aquí repartiendo almas sin reparar en gastos. Es algo que me fascina. Representativo de esto es el hecho que cuando los españoles invadieron esto, y viendo los seres humanos que habitaban el lugar absolutamente mimetizados por con el entorno, adaptados de una manera esplendida se cuestionaran si estos podían considerarse seres humanos poseyendo su subsecuente alma o no. Mientras ellos al verlos los introdujeran directos al olimpo de sus dioses. Y esto habla de que es lo que se esconde en la profundidad de las almas occidentales y que en la de los americanos.

Y esa concepción mágica de la naturaleza es bonita y a mi entender está justificada. Nos hace entender la noción intima de la fragilidad y fugacidad del hombre en un lugar donde un mosquito puede erradicar un poblado, donde las lluvias y los ríos devoran el asfalto y las casas sin piedad. Y es que la lucha nos hace iguales y aquí aun no la ganado el hombre. Algo tan pequeño e inofensivo como la hormiga domestica nuestra aquí está dotada de acido ultra urticante parecido a el de las medusas que genera un escozor exquisito y duradero y evidentemente esta es la menos competente de las 200 especies de hormiga que deben haber en la cuenca amazónica, pera ellos esta es la kinderbueno hay una que es como la falange de un dedo que la llaman en su idioma dolor. Elio me dijo muy serio “si te pica … lloras" su te pica en un dedo del pie se te duerme del dolor la pierna hasta la cadera. Y bueno teniendo en cuenta que coge caimanes con las manos a veces para comérselos, igual con las tarántulas y que le han picado serpientes letales tratadose la picadura con cortezas y demás , no me gustaría que me picase una de esas. Y puedo entender que se las respete como a una persona más, que se crea que estas tienen alma.
Aquí el hombre civilizado no sirve para nada, no duraría ni una semana en la selva. Y si no sirve el no sirve su credo. Aquí solo sobrevive el guerrero y el salvaje que duda y cree en el alma de su enemigo al que se enfrenta en la particular lucha a muerte que es su vida.

Thursday, April 12, 2012

La vida es un viaje decían los ascetas

La vida es un viaje decían los ascetas, cuando viajamos se eleva a la última potencia el carácter de fugacidad que es propio a nuestra relación con las cosas. Rodamos sobre ellas y ellas sobre nosotros, de modo que por blandas, suaves y redondas que sean, su contacto con nosotros tiene siempre algo de punzada, de pinchazo doloroso. Al tiempo que decimos “ya vienen, ya vienen” a ese paisaje, a esa amistad, a ese acontecimiento tenemos que ir preparando los labios para decir “ya se van, ya se van”
(…) Precisamente por que son cosas maravillosas su huida apresurada nos deja en el corazón cicatrices. Pero dejemos tan grave asunto. Mi intención se reduce a decir una cosa sin importancia ni transcendencia a saber: que en los viajes se hace extremada la momentaneidad de nuestro contacto con los objetos, paisajes, figuras, palabras y paralelamente crece y nos acongoja la pena que sentimos. Quisiéramos de algún modo fijar alguna de aquellas cosas que pasan a escape (…). A ese fin llevamos cuadernito y un lápiz; apuntamos unas breves palabras y cuando un día, andando el tiempo, las leamos, el paisaje, la palabra, la fisonomía que desapareció adquiera cierta supervivencia, una como espectral vida que conserva de la real ecos, remotos latidos

El espectador, Ortega y Gasset

Llegamos a Yurimaguas un pueblo atroz y decadente que lidia desde su fundación una lucha a muerte con la selva que le circunda. En equilibrio pero con evidentes síntomas de agotamiento. Carreteras engullidas por el barro, fachadas dejándose desconchar bajo el peso íntimo y visceral de la humedad que reina enrrededor y que habita en sus grietas.
En un viaje de 36 horas hemos dado un salto en el tiempo y en el espacio. Las personas parecen ser más contemporáneas que esos personajes andinos que poblaban las ruinas incas con la naturalidad de sus fundadores.
Y la montaña andina se ha cambiado en el decorado por selva, indómita, calurosa y húmeda. Y nos rodea al acecho, como esperando un descuido, observándonos con sus ojos de fiera salvaje. Y da la impresión de su espera paciente, que en cualquier momento nos atacará para engullirnos y borrar el pueblo de la faz de la tierra.
Moteadas, entre la verde espesura, las casas hechas de hojas de platanero y caña se desdibujan bajo la lluvia , incorpóreas, y parecen un árbol más. Y los hombres que la habitan parecen hormigas bajo el efecto del sopor de un día de lluvia, inmóviles, sentados en el umbral contemplando el manto de agua que cae ininterrumpido. Sus pieles arcillosas se confunden con el suelo de tierra y solo sus ojos oscuros enmarcados en el blanco logro distinguir. La música caribeña no deja de sonar, Surgida de un logar que no logro distinguir, como si brotase de la tierra. Y el calor latente a disipado cualquier parecido con el frío reinante en las alturas andinas.
Encontramos un hospedaje en la parte oeste de la ciudad. En el lugar donde esta se acaba abruptamente cortada por el río Huallaga, afluente del río Amazonas. Los delfines grises pasean tranquilamente surcando la ventana a través del manto de lluvia. El paisaje es abrumador y a la vez tranquilizante. Y siento como si por un momento ocupase el lugar que me pertoca en la escala evolutiva, justo al lado de los monos que aúllan más allá del tupido velo verde que contemplo.
Después acertamos aprovechar que ha dejado de llover y recorremos la orilla del río.
… Que nimia se ve la existencia del hombre aquí. A diferencia de en las urbes donde el hombre está rodeado de humanidad y civilización y ocupa el lugar artificial que ha creado para si. Aquí el hombre es algo más, ni más ni menos importante templado por la misma lucha por la supervivencia de todo lo que le rodea, como el platanero y el río, el delfín y el caimán. Y como todo lo demás muestra sus síntomas claros de efímera existencia con cicatrices y flaquezas, como si esperase a la siguiente lluvia para dejarse arrastrar y desaparecer como pegote de barro . Algo frágil y precario, algo fugitivo.
Esa dolorosa punzada que uno siente en su sensibilidad cuando en un extravío de su imaginación visualiza una ciudad fantasma robada de las gentes que la deberían habitar, sin gente en las calles ni niños embutidos en el griterío de los parques o sin el trajín de coches pitando en el embudo cotidiano aquí no tiene sentido. Aquí esa idea y miedo especular no tiene donde aferrarse. Son realidades que a fuerza de distancia no pueden comunicarse. Mundos paralelos.
Observo que en la ciudad la lluvia es algo repugnante, una como injustificada invasión de la naturaleza primigenia en el paradigma de la civilización humana que es la urbe, y aquí es otra naturalidad, ni más ni menos intensa que la canto de las cigarras o las serpientes que pasean en los caminos embarrados.
Y viendo que como cada día un cálido manto de agua deja de suspenderse como éter se solidifica y arrastra de la atmosfera esa humedad omnipresente, se quitan la ropa y con las manos mediando entre el cielo y su cuerpo.
Mientras en la ciudad la gente huye corriendo utilizando paraguas como profilácticos higiénicos aquí la gente se desnuda y se ducha. Las ciudades son un ensayo de secesión que hace el hombre para vivir fuera y frente de la naturaleza para tomar de esta solo sus frutos en porciones selectas y acotadas… Pero llueve… y el agua tiene el poder mágico de unir lo terrenal y lo humano.

A partir de aquí ya solo nos queda seguir el río a bordo de una de esas barcazas con lo necesario para convertirnos como la ciudad en un asentamiento provisional, frágil y precario. Para en fin convertirnos en meros y minúsculos espectadores rodeados de la grandeza, del paraíso que algún día fue la tierra. Convertirnos en Adán y Eva y dejarnos arrastrar, antes de caer en el abismo del tiempo, en el corazón de la selva que es nuestro corazón mismo.

Tuesday, March 27, 2012

Dije quiero coca cola no quiero colar coca

Abro la bolsita y cojo un puñado de hojas de coca. Las pliego sobre si mismas y maquinalmente las encajo en el paladar. Las macero con saliva unos minutos, las saco y le hecho el bicarbonato que extraerá los alcaloides. Las vuelvo a plegar y las introduzco en el hueco de mi moflete. Justo en el orificio del salivar.
Estamos en un valle no muy extenso rodeados de vacas que comen pasto y beben del riachuelo que tendremos que remontar hasta su nacimiento. El camino se pierde entre las nubes. Nos espera un ascenso de 800 m en 8 km hasta llegar hasta el puerto de montaña situado a 4600 m. Después descenderemos 1200 m en los otros 12 Km hasta llegar al pueblo que nos hemos fijado como meta.
Empieza a llover, hace frío, llevamos caminando 6 h desde las 7 a.m. Ya hemos subido y bajado la anterior cima salvando 1000m de subida y 1400 de bajada, hemos desayunado cuando salia el sol a las 5:30 a.m y la barriga empieza a pedir combustible a rugidos.
En los 4 días anteriores hemos acumulado ,junto a nuestras maletas de 20 kg, 60 Km ascendiendo unos 4000 m y descendiendo 3700m por la ruta que lleva desde Cuzco pasando por las ruinas de Choquequirao a el Machupichu.
Resumiendo. Nos duelen los pies y su nueva variedad de llagas, los gemelos, los cuadriceps,las lumbares, el trapecio.
Sentimos un profundo agotamiento mental y físico y tenemos urgencia por llegar a un pueblo donde poder descansar en algo diferente que una tienda de campaña.
Así que decidimos recurrir a la hoja. Su amargo inicial retuerce mi ceño con un escalofrio. A los 10 min. se empieza a sentir los primeros efectos. Pasamos de arrastrar los pies a caminar normalmente, de esta manera empezamos a encarar la cima. A los 20 min. ya con la boca dormida dejamos de sentir el frío y desaparece la fatiga, literalmente. Esto nos permite conectar el piloto automático e insensible encadenamos nuestros pasos cuesta arriba.
En la antigüedad bajo el imperio inca el consumo de hoja se dosificaba como otro salario más. Su uso principal era el religioso y su consumidor predilecto la nobleza. Aunque también era utilizado como droga de trabajo para soportar las largas y duras jornadas de manera excepcional.
Después llegaron los Españoles y su afán de minerales preciosos. Se hicieron necesarias ingentes cantidades de hoja para hacer posible la sobreexplotacion mineral y humana. Los mineros la consumian y se consumian sin darse cuenta. Al tener anestesiadas las alarmas del cuerpo iban matandose si notar su aniquilamiento. El potente analgésico encubría la brutal desnutrición y la destrucción del sistema respiratorio. En menos de 15 años morían sin saber practicamente porque. Después vino la síntesis, el consumo recreativo y la coca cola y finalmente la prohibicion. La historia que más o menos todos sabemos hasta nuestros días.
La taquipsiquia me envuelve en una nube de pensamientos y repaso entre otras los conocimientos sobre la planta y su historia mientras camino inconscientemente hacia la cima. Ahora estamos metidos en el interior de la nube que se veía desde abajo. Sin darnos cuenta hemos alcanzado el nacimiento del río que gorgotea apareciendo como por arte de magia directamente de la roca. Notamos los efectos del mal de altura aplacados por la hoja golpeando sutilmente la cabeza. Nos metemos una cucharada de miel para no estar consumiendonos sin darnos cuenta y empezamos a descender al trote. en 3 h 30min hemos hecho lo que dijeron que haríamos en 6. Y antes de que se ponga el sol y empiece a llover con fuerza llegamos al pueblo en cuestión.
Pedimos hospedaje y nos invitan a pasar la noche en su habitación que a parte es la tienda del pueblo. Allí compartimos el espacio el marido la mujer sus 2 hijos el hermano del marido y su mujer embarazada y dormimos sobre pieles de cordero y bajo pesadas mantas. Cuando a la hora de la cena le explicamos a la comitiva de hombres, que son los que comen en la mesa, de donde venimos y que hemos hecho el recorrido que normalmente se hace en dos jornadas en un solo día. Nos miran con el ceño fruncido y nos dicen con respeto: - andáis bien.
Al amanecer despertamos a las 4:30 y recorremos los 10 km que nos separan de la ruta turistica, que cuenta de movilidad. De ahí hacemos el ultimo tramo en combi para ahorrarnos la horrible pista plagada de caminantes y obras y llegamos hasta el Machupichu.
El lugar desprende una mistica espectacular. Merced a que cae una suabe llovizna y a que toda la montaña y las circundantes se sumen en un manto impenetrable de niebla. El lugar aparece como entre mis sueños subconcientes. Los turistas que seguro plagan el lugar no se ven por ninguna parte. Después de cinco horas de laberintos de piedra y caminos que se pierden por las montañas decidimos volver. Recorremos la via del tren hasta llegar a un taxi. que a causa de un accidente que bloque el camino nos vuelca en otro taxi en un extraño intercambio de rehenes. Al final es otro el que nos ofrece recorrer las 4 ultimas horas de regreso a Cuzco.
El coche esta desvencijado, el bombín de arranque cuelga por un hilo, la itv de este año no esta pasada. El conductor tiene los nudillos repletos de cicatrices vamos 6 en el coche...
Esto no parece un taxi turístico. Noto bajo los pies un bulto, dentro de una bolsa negra, es un fardo de coca. El conductor nos pide que la escondamos cuando nos para por primera vez la policía. El tipo coje unos 3 Euros que tiene en monedillas y se las da al policía cuando le da la mano.
Estamos siendo utilizados por un traficante para pasar desapercibidos en los diferentes controles antidrogas.
Esto es increíble. El tipo inventa mentiras bastante estúpidas para justificar las frecuentes paradas para chequear que los fardos sigan sujetos sobre las ruedas y el chasis. Se mezcla el miedo, la confusión y la certeza de inocencia en dosis iguales.
Aunque el tipo es muy dicharachero e intenta no darle la menor importancia y crear un ambiente distenso la situación es trágicómica. Pensar que aquí el consumo de hojas es considerado patrimonio inmaterial de la humanidad, algo de capital importancia para la cultura andina y que en el resto del mundo las cárceles se engordan a diario por la misma substancia. En conjunto no tiene ningún sentido. En algún otro lugar del mundo, seguramente en occidente se recibirán estos paquetitos que ahora viajan bajo mis pies, para que la masa anodina piense estar viviendo la vida locamente o para que simplemente sirva de analgésico para sus vidas sin sentido.
Al final el tipo nos deja a una hora y media de Cuzco y tenemos que acabar discutiendo con él porque nos quiere cobrar la misma cantidad que habíamos pactado para que nos dejara en el destino. Así que Manu se enciende y le dice las verdades a gritos. Que nos ha estado utilizando para traficar y que si quiere que hablemos con la policía para solventar el conflicto. El tipo se calla y continua su camino hacia el garaje donde el paquete cambiará de manos y nosotros continuamos hasta Cuzco donde podremos recuperarnos del último trek.

Monday, March 5, 2012

Más indignación

Paseas por Bolivia y te das cuenta de la pobreza extrema que asola estas tierras. Donde la agricultura de subsistencia sigue siendo el único ingreso para la mayor parte de la población. Existiendo la contradicción que estos viven en las riquísimas tierras de los Andes. Con recursos hidrográficos ilimitados, tierra volcánica fértil. Y minerales en abundancia bajo sus montañas.
Al no existir un capital inversor no existe un entramado económico que se beneficie y reparta los bienes. Y es que, de que va a servir plantar hectáreas de plátanos, aunque puedas hacerlo, si después no hay carreteras para llevarlos a los puertos y venderlos. Y aunque me cueste aceptarlo ese pobrecico cocalero de Evo morales poco va poder hacer. En el contexto en el que se encuentra ni socializando los recursos ni favoreciendo a la gran mayoría de agricultores permitiéndoles la más rentable de las plantaciones, la coca.
El tema está complicado. Si la mayor parte del capital exterior que recibe tu país, lo recibe de manos de narcos.
Es indignante ver como el nefasto modelo económico que implementamos en la colonización sigue dando sus frutos. Los caciques controlando latifundios que solo le reportan beneficio a ellos mismos.
Estando aquí estoy sintiendo el fuerte vinculo existente entre Latinoamérica y España. Porque nuestras historias son inseparables. Sin los recursos y la población de estas tierras Europa no seria una mierda. Aunque eso a España no le afecta porque esta sigue siendo lo que siempre a sido.
Pensar que en Chile el gobierno te da una casa tras el pago de 800$. Y que pueden aspirar a una variedad de viviendas desde los 100m2( eso es el mínimo ) y en ascenso en función de lo que pagues. Por aquí, la vivienda es un derecho y no un privilegio. Y después desde occidente juzgamos el país como dictatorial por las últimas revueltas estudiantiles que piden educación gratuita y de calidad. O sea, lo que allí nunca tuvimos.
De que va sentirse orgullos un catalán por estas tierras, si se puede saber. De ser unos sumisos que ven en el Barca lo que los esclavos de la Arena romana veían en Espartaco??
Es indignante pensar que de Bolivia y Perú, dos de los países mas pobres de Suramérica, España ingreso en los puertos de Sevilla 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata entre 1503 y 1606. Y que eso costó la vida de 20 millones de esclavos (solo la extracción del mineral) no estoy hablando del proceso de colonización. Si lo de Hitler fue un genocidio… yo no se como describir esto.
Y todo eso encima no reporto ningún beneficio ni al estado ni a la sociedad española. Exceptuando un poco a la aristocracia, nobleza, monarquía y cuerpo religioso, que lo despilfarro… Has de ser subnormal. O hablando con propiedad rey católico o Austrias o Borbon. Porque en realidad todo este empobrecimiento proviene de esa obcecación monarquico_religiosa de echar todo el capital de sus tierras. Ya sean musulmanes, judíos, protestantes o burgueses y favorecer la nobleza de caciques latifundistas y al Papa. A día de hoy la duquesa de Alba tiene tierras que unen Andalucía con Castilla León, cruzando Extremadura. Y aun dice que la crisis también le ha afectado la momia desgraciada. Debería estar en la carcel, con Undargarin y los banqueros.
Y aun el Borbon viene a aquí a hacer callar a chavito…. Le tendrían que haber linchado.
Así que al final ganaron los de siempre. Los banqueros holandeses por dejarnos el dinero, los inglese por vendernos la ropa y vendérsela también a las colonias. Tenemos que recordar que a le vez que Felipe 4 expoliaba las minas de Suramérica quemaba sus fabricas textiles por decreto. ( Ese era el trato con los ingleses ).

Es patético sentirse parte de algo asi. Ya sea occidente o España. Me preguntan de donde soy y lo digo con el alma encogida y boca pequeña España.
No dejo que reaccionen y suelto de Barcelona. Y ya empiezan: … ah, el Barca, el mejor equipo del mundo…
Y yo que mas puedo decir?

Friday, March 2, 2012

Malditos escribie_guias

Lees la guía y prácticamente en todas las ciudades listadas se habla de lo peligrosas que son. Que si hay carteristas en todos los mercados, que si en este barrio es mejor no pasar la noche… Y uno evidentemente no puede hacer oídos sordos.
El ser humano es un ser imaginario. Nuestra cabeza no puede parar ni un segundo y nos imprime su universo inventado constantemente y en todos los sentidos imaginables. Por ejemplo, cuando uno no conoce una ciudad en algún momento anterior a la partida genera el escenario y viaja hasta allí. Y eso lo hace utilizando todos esos detalles que uno incorpora, retazos escuchados o leídos o vistos en cualquiera de los medios a los que somos sensibles. Esas proyecciones le permiten a uno anticiparse y prepararse mentalmente a base de reforzar sus prejuicios.
También yo como observador de esta realidad y tras digerirla a mi manera, la expondré. Y eso es como dejar en tu buzón de los prejuicios pequeñas semillas que germinaran de alguna o otra manera en tu imaginación y que a la hora de la verdad (o sea cuando tengas que compararla con la realidad del lugar) serán inservibles.
Incluso cuando a la vuelta alguien me diga que va a alguna de las ciudades donde yo he estado y me imagine a este aterrizando en ese lugar eso también será virtual y en última instancia falso por que ese lugar ya no será el que era, y la experiencia de esta distará azarosamente de la mía.
Por así decirlo, estamos constantemente viajando sin movernos del sillón y nadie escapa de esa conjura.
Así que para no dejar de hacerlo y recuperar el hilo de este post, me imagino a doña Beth Willams sentada tras su apple en su casa residencial a las afueras de Portlan, escribiendo la guía sobre Bolivia sin ser consciente del salto existente entre su casita segura y cualquier mercado de cualquier ciudad del mundo. Y lo injusto de la comparación histórica de sucesos. Cuanta gente a lo largo de la historia habrá sido robada, violada, asesinada o bombardeada en Granollers. ¿Vale la pena que te lo diga antes de que vayas a visitarla? ¿Para que?.
Mientas tanto en la terminal de autobuses de Cochabamba a siete horas de la Paz esperamos la partida. El llanto de un niño despunta en el heterogéneo murmullo del lugar. El clima es bochornoso pero fresco, son las nueve y media de la noche. Un niño limpiabotas se esfuerza por dejar relucientes las de su cliente mientras este le vigila disimuladamente de reojo. Una mujer en el stand que esta justo delante canta por teléfono una extraña relación de números y ciudades que me recuerda al principio de alguna canción de Manu Chao. Sin ninguna noticia de los cacos que deberían rondar la terminal como horda de zombies cabreados. Nos despedimos.